Nunca somos tan vulnerables como cuando confiamos en alguien. Sin embargo, paradójicamente, si no podemos confiar tampoco podemos encontrar amor o alegría.
Estoy feliz de decir que todo el mundo que he conocido en mi vida, he ganado algo de ellos; ya sea negativo o positivo, ha forzado y reforzado mi vida en algún aspecto.
Los movimientos sociales son a la vez los síntomas y los instrumentos de progreso. Ignóralos y el arte de gobernar es irrelevante; no los uses y será débil.
No hay mejor llamado que servir a sus prójimos. No hay mejor contribución que ayudar a los débiles. No hay mejor satisfacción que que se lleve a cabo bien.
La oposición es indispensable. Un buen estadista, como cualquier otro sensible ser humano siempre aprende más de sus opositores que de sus fervientes partidarios.
Nuestra conciencia no es el buque de las verdades eternas. Crece con nuestra vida social, y una nueva condición social significa un cambio radical en la conciencia.
Un abogado sin historia o literatura es un mecánico, un albañil en simple obra; si posee algún conocimiento de estas disciplinas, puede aventurarse a llamarse a sí mismo arquitecto.
El existir sin tener una opinión resulta tan doloroso para la naturaleza humana, que la mayor parte de las personas se lanzarán a una opinión apresurada antes que soportar tal situación.
Pues bien: ¡muchas varas, al azar enviadas, encuentran blancos a los que el arquero no apuntaba! ¡Y muchas palabras, al azar pronunciadas, pueden aplacar o herir a un corazón que sangraba!
Una larga vida dentro del periodismo me convenció hace muchos presidentes, que debe haber un gran espacio aéreo entre un periodista y el jefe de un estado.
Una vez que tocas las biografías de los seres humanos, la noción de que las creencias políticas son lógicamente determinadas colapsa como un globo erguido.
¿Qué es un diario en general? Un documento útil para la persona que lo mantiene. Sordo a la contemporánea del que lo lee y de un valor incalculable para el estudiante, siglos después, que lo atesora.
La mayoría de los hombres, después de una pequeña libertad, ha preferido la autoridad con las garantías consoladoras y la economía de esfuerzo que trae.